Seguro que todos en algún momento habéis tenido la sensación de que el día se queda demasiado corto, las horas parecen minutos y no somos todo lo productivos que necesitamos, el tiempo puede aliarse a nuestro favor o convertirse en nuestro peor enemigo provocando frustración, ansiedad, y lo que es peor llevarte del éxito al fracaso en un segundo.

Existen ciertas herramientas a tener en cuenta que nos ayudarán en esa difícil, pero no imposible, tarea de optimizar nuestro tiempo, incluso conocidos métodos que marcan las pautas a seguir: estructurar el trabajo en franjas de tiempos marcados, empezar el día por las tareas más simples y continuar con las más pesadas o al contrario, dejar las más agradables para el final del día…, no hay un único camino así que depende de cada uno encontrar el que mejor se adapte a nuestra situación o personalidad.

Maximizar la productividad profesional para poder tener una mayor calidad de vida personal, eso de lo que todos los empresarios nos quejamos, es posible siempre que sepamos administrar el tiempo con coherencia.

Mujer y empresa

Te propongo que hagas un ejercicio de autorreflexión conforme vayas leyendo estas líneas, nuestro objetivo será no volver a caer en los mismos errores y nunca más dejarnos dominar por una mala gestión de nuestro tiempo.

¿Por qué no somos productivos? Uno de los motivos que hoy es mayor foco de pérdida de tiempo es un mal manejo de las redes sociales. Nos han sugestionado tanto que existe una especie de obsesión por querer estar presentes en todos lados, tanto en la vida como en la empresa menos es más y siempre la calidad sobre la cantidad, así que no es necesario obsesionarse con las diferentes opciones que hoy existen para dar a conocer nuestra empresa porque quizás no todas puedan ser válidas según nuestra actividad.

Esa es la primera cuestión a tener en cuenta, cuál es mi cliente y dónde lo puedo encontrar, está claro que el público de LinkedIn no es el mismo de Instagram o Facebook (existe una gran diferencia de edad, sexo, intereses, horario de conexión…) por eso es preferible enfocarse hacia la que consideres que reportará más ventas, visibilidad o beneficios  a tu actividad. Gastar toda la energía y recursos, en el caso de contratar publicidad, siempre es más beneficioso si se encuentra el foro adecuado.

Ahora piensa… ¿cuánto tiempo les dedicas tú?

Mujer y empresa

La planificación lo es todo para cualquier empresario, sentarse un lunes y dedicar una o dos horas a diseñar y organizar todo el trabajo de la semana nunca será tiempo perdido, al contrario veremos cómo fluye con mayor ligereza y cuando surjan esos temidos imprevistos seremos más eficaces a la hora de solucionarlos.

En este sentido la agenda juega un papel fundamental, resulta gratificante al terminar la jornada comprobar qué tanto de efectivos hemos sido, la cantidad de tareas realizadas y lo mejor ¡todo el tiempo del que disponemos después para la expansión personal! No es mala idea darse un premio por tan buena gestión, ¿no?

Orden, orden y orden, tanto en la vida personal como en la laboral el orden lo es todo, muchos estudios psicológicos han demostrado que vivir o moverse en un entorno ordenado ayuda a disponer de más tiempo, ser más eficaces o tener un mayor rendimiento en el trabajo porque el orden aporta tranquilidad, confianza y seguridad necesarios para conseguir lograr nuestros objetivos, en este caso, el buen funcionamiento de nuestra empresa.

Establecer prioridades en el día a día es otra cuestión primordial si no queremos que el caos asome por la puerta. A veces no se puede llegar a todo, no somos máquinas, seguro que si miras tu lista de tareas hay alguna que puede pasar a un segundo plano y hacerla después, el mundo no se acaba ahí, no pasa nada y no hay que sentirse mal por ello.

Sobre todo es importante no dejarse llevar por la ansiedad que provoca el hecho de no poder abarcar todo lo que queremos porque esto solo genera confusión mental y ahí sí que la calidad de tu tiempo disminuirá hasta tal punto que la productividad será cero.

Aprender a desconectar y parar

Cuando llegue ese momento de no poder más ¡PARA!, respira profundamente, toma un café, saca la cabeza por la ventana o mejor sal a la calle a pasear diez minutos, desconectar ese pequeño margen de tiempo te ayudará a ver las cosas con mayor claridad.

Los empresarios corremos el riesgo de dejar que la responsabilidad laboral absorba la vida personal, -incluso los hay que se sienten mal por dedicar una parte de su día a los amigos, la familia, o cualquier tipo de actividad relacionada con el disfrute-, en el caso de las mujeres la línea se hace tan fina que la conciliación es casi una especie de tortura pues la sensación de ansiedad, de no llegar, de no cumplir o como muchas creen de no estar a la altura, aumenta cuanto mayor es su responsabilidad por lo que es fundamental establecer líneas que separen y diferencien el trabajo o la empresa de lo personal y no dejar que ninguna interfiera en la otra.

No hay que sentir culpabilidad ni remordimientos por no dedicar las 24 horas del día al trabajo, como ya dijimos no es cuestión de cantidad sino de calidad, menos horas bien aprovechadas aportan más que todo un día torturados por esa vocecilla que te dice “si no sigues fracasarás”.

No dejemos que el descontrol sea quien domine nuestra vida, siempre es primordial enfocarse hacia donde uno quiere llegar, lo que se quiere conseguir, y en virtud de ese fin organizar el tiempo necesario para conseguirlo. Parece difícil pero en realidad no lo es, solo es cuestión de práctica y constancia, cuando consigas dominar el tiempo él se convertirá en tu mejor aliado… si en estos momentos te estás planteando qué podrías hacer para gestionar mejor el tuyo piensa que ya has dado el primer paso para poder mejorarlo. ¡Ánimo, el resto es solo cuestión de práctica!

 

Vicepresidenta de OMEP.